ARBOL DE VIDA Y ABUNDANCIA
- Sar Itzjak
- 19 jun
- 6 Min. de lectura

Un símbolo universal: el Árbol
Si te hablaran de un lugar paradisíaco, lleno de fauna exuberante, custodiado por una serpiente temible, donde existen dos gemelos varones, seres divinos que crean humanos de barro y un árbol místico de vida... ¿a qué historia viajaría tu mente?
¿Tal vez a Caín y Abel, narrada en Bereshit (Génesis)? ¿O al relato del Edén en la Torá, la Biblia o el Corán?
Pero lo que quizá no esperarías es que esta historia, tan arquetípica y poderosa, también existe en la tradición oral de los pueblos indígenas del Amazonas colombiano, en uno de los territorios más espiritualmente densos y simbólicamente resonantes del planeta.
Una cosmogonía paralela al Edén
Jamás se pensaría que en la cosmovisión de las comunidades indígenas de la Amazonia colombiana, un país sur americano, se manejara similitudes en creencias, sobre todo en sociedades que jamás se conectaron entre sí.
A 12.418 km de distancia desde la selva amazónica, cruzando todo el océano Atlántico, atravesando a lo ancho todo el continente Africano hasta llegar a la nación de Irak continente Asiático, donde se ubica históricamente el Gan Eden. Dicen las 3 religiones abrahamicas, monoteístas y más poderosas del mundo que todo inicio en el jardín del edén (paraíso terrenal) y que ahí había 2 árboles, el de la “ciencia del bien y el mal” y otro árbol que era “el Árbol de la Vida” del cual hablaremos aquí.
No es una historia escrita en libros sagrados la que narraremos a continuación, es la tradición oral de miles de indígenas que habitan en la selva tropical más grande, espesa, más oscura y temible del planeta; nativos que alentados por los espíritus de la coca, el tabaco y el ron, narran a la luz del fuego llameante de las fogatas toda su cosmogonía ancestral, en la fría noche, bajo el silencio inhóspito y los aullidos espantosos de la selva.
Antes de ser el gran bosque tropical que todos conocemos, hubo una época que en el Amazonas reino la sequía, los ríos disminuían, las plantas agonizaban, las lagunas se secaban, la comida escaseaba, la muerte acechaba. El ser todopoderoso creo un inmenso árbol, el más grande de todos los arboles, le llamaban “Monilla Amena” “el Arbol de la vida y la abundancia” “el árbol del fruto y la riqueza”
Así lo consideraba el pueblo múrui-muina (huitoto).
Este árbol sobrepasaba las nubes, poseía en su cima una gran laguna de agua cristalina, que cuando se desbordaba llovía, el agua es vida y en lo más alto de los cielos se desarrolló un gran ecosistema de varias islas, un oasis celestial.
En un principio no había nada, solo viento, y los cuatro (4) Grandes Sabedores, (Moo, Jayo, jɨko y Jitoma); los cuatro (4) Buinaimas (Los Ingenieros) estos decidieron darle fuerza a la palabra y formar la vida. “Hagamos al hombre”, dijeron. Los 4, unidos utilizando toda su fuerza dijeron: “el hombre ya es”, así lo crearon con la fuerza de la palabra.
A lo lejos en el Amazonas desértico, un par de hermanos gemelos divisaba este Gran Árbol frecuentado por cientos de animales, cada animal bajaba un fruto diferente de este árbol.
“Monilla Amena” era un árbol fuerte que con el tiempo logro una altura inalcanzable para sus frutos y eran pocos los representantes dela fauna que lo podían trepar; por lo que los gemelos decidieron cortarlo. No se podían quedar en el cielo todas las bendiciones del Árbol de la abundancia y la riqueza, era necesario hacer que estos frutos bondadosos mitigaran el hambre y la escases de los pueblos.
Pero la gran serpiente, la anaconda verde del norte del rio amazonas de 15 metros (45 pies) de largo, se levantó contra los gemelos para destruirlos, a ellos les tocó enfrentar todo tipo de bestias salvajes y creaturas de la noche, así como también las cientos de serpientes Boas Constrictor que habitan en los lagos donde el agua no circula.
Pero las primeras personas que habían salido del centro de la tierra les daban apoyo todo el tiempo para que continuarán su misión salvadora, existía también un viejo hombre llamado Monaya Jurama, quien tenía una hermosa hija que se llamaba Monaya Tirisa, la que contaba con la gran dicha de tener muchos enamorados pretendientes entre esos uno de los 4 Buinaima, uno de los Grandes Sabedores, quien se transformaba en un pequeño gusano para poder penetrar la inquebrantable seguridad de su padre, hasta que un día la embarazo, este fue el primer hibrido entre una amazonas y un Gran Sabedor Buinaima.
Los gemelos continuaban con su aventura, al llegar al árbol pidieron a todo tipo de animales para taladrar el árbol, llamaron pájaros carpinteros, ternitas y comején. Pero el árbol se debilito poco, de pronto un halcón les dio indicios que el tronco jamás lo cortarían que tenían que subir a la copa. Uno de los hermanos bebió una pócima mágica de plantas y raíces sagradas de la madre selva y después de un fuerte éxtasis su espíritu abandono su cuerpo mortal y encarno en una ardilla, poseyendo todas sus habilidades.
El gemelo mordió y mordió, el árbol cedió y en un estruendo cayo y todo el territorio fue bendecido por sus bondades.
El Monilla Amena “Arbol de la Vida y la Abundancia” o “Árbol del fruto y la riqueza” nos habla de una gran lección mística. Aprender cómo opera la Biología de la Abundancia.
La abundancia manifiesta es un reflejo inconsciente de la habilidad que hemos desarrollado para administrar o gestionar internamente nuestros recursos positivos y negativos.
La riqueza externa es reflejo de la gestión interna.
Los 2 gemelos amazónicos primero vencieron sus miedos y terrores internos, luego vencieron la gran serpiente y todos los obstáculos reales.
Todos tenemos una serpiente externa los obstáculos de la vida y una serpiente interna: los miedos, creencias y bloqueos personales.
Primero se vencen los gigantes mentales: pensamientos y doctrinas limitantes y luego nos relacionamos satisfactoriamente con nuestro entorno haciendo que desciende la abundancia espiritual al plano físico.
Acceder al Árbol de la Abundancia no es fácil tampoco imposible, cuando tu dejas el plano terrenal y te elevas a dimensiones supremas lo logras todo.
Las riquezas existen en planos superiores, y hay que subir para traerlas.
Pan-Amazonía: el ecosistema espiritual
La "Pan-Amazonía" es más que un bioma terrestre: es un ecosistema espiritual donde todo existe en su forma más pura, en sus versiones superiores, en dimensiones escalables y energías ordenadas.
Es el gran organismo macrosistematico donde lo tienes todo de manera infinita.
ese todo pero en dimensiones superiores, niveles etéreos escalables.
El que logra el acceso al Árbol, es bendecido con el fruto eterno de la sabiduría, la abundancia, la vitalidad y la conexión con el propósito.
Al igual que el Monilla Amena “Arbol de la Abundancia” otras historias nos revelan el mismo misterio, las riquezas están arriba y con valentía y arrojo las tenemos que hacer descender.
Esa es la trama de “Jack y las habichuelas mágicas”, hay hambre en la tierra, Jack y su madre viven en escases llega el invierno, la vaca no da leche, Jack tiene contacto con un anciano misterioso en el bosque este le cambia la vaca sagrada por unas habichuelas (alubias) mágicas. El hace la siembra (de fe) siendo el único alimento que tiene, (sacrificio ilógico), crece una planta gigante hasta el cielo (mundos superiores) donde hay un gigante (El shadday) custodiando tesoros, riquezas, alimento y la muchísima abundancia, de la cual adolece Jack y su comunidad. Jack hace varios viajes a esta dimensión de abundancia y se trae una Gallina que pone huevos de oro que representa una idea de negocios exitosa, también se trae un Arpa mágica o Arpa de David que al tocarla llena el entorno de alegría que no es otra cosa que la serotonina que segregamos en nuestro cuerpo cuando llega el dinero, la prosperidad y la riqueza en general. Finalmente, Jack tendrá que cortar la mata de habichuela que es la escalera al cielo o al éxito (escalera de Jacob), con un hacha, para evitar que los gigantes desciendan a reclamar sus tesoros, así como les toco cortar a los 2 gemelos amazónicos el Monilla Amena, “el Árbol de la Abundancia”.
Cada año en el mes de diciembre hacemos un ritual con el mismo simbolismo de todas estas narraciones, subimos con una escalera a poner una estrella de 5 puntas en lo más alto del Pino de Oregón o del abeto de Douglas mayormente conocido como: El “Árbol de Navidad”. Es un ritual de ascensión, prosperidad y riqueza, casualmente en la temporada de más abundancia, derroche de alimentos, bebidas y dinero de todo el año.
Lo decoramos con bolas o esferas de colores, guirnaldas, coronas, bastones o cetros para al final en sus faldas ubicar los regalos que posteriormente harán felices a nuestros seres amados. Pasada la temporada navideña cortamos “el Árbol de la abundancia”.
El “Arbol de la Vida y la Abundancia” o “Árbol del fruto y la riqueza” es un concepto espiritualmente extendido por los mundos superiores.
Debes tener claro que las riquezas se activan desde esta dimensión material, desde un plano corporeal; pero ellas existen en plenitud y abundancia en otros planos o universos paralelos de espiritualidad.
Espiritualmente si existe un “Árbol de la abundancia”, por el cual debes ascender trepando cada una de sus ramas para poder disfrutar de sus frutos. El “Árbol de la vida y la riqueza” si existe, no es un mito solo que esta en una dimensión más allá de nuestros sentidos físicos.
Sar Itzjak III
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Behatzlaja.










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